En la década de 1850 se arraigó en Buenos Aires la habanera cubana, la que fuera difundida en los ambientes de la ribera por los marineros que hacían ruta comercial entre el Río de la Plata y las Antillas.
Durante la década de 1860, la habanera fue transformánse, gradualmente, en milonga.
A comienzos de la década de 1880, la milonga ocupaba un lugar destacado en el gusto popular. El auge de la milonga fue rápidamente captado por los payadores y por los empresarios de circos, teatros y peringundines, que la amalgamaron con las "piezas fuertes" de sus epectáculos habituales.
Esta década de 1880, produjo una milonga bailada, una cantada y con amplio circuito de difusión a través de los populares payadores (que cantaban en circos, fondines, comités y reuniones particulares) y una milonga espectáculo, concebida especialmente para las primitivas representaciones del circo criollo.
La milonga se encuentra presente en la génesis del tango, hasta que finalmente decantó en la forma particular que ostenta el tango rioplatense.
En general, es aceptada como probablemente veraz, una generalogía y una cronología que arranca con la habanera, pasa por la milonga y culmina con el tango. Algo así como un proceso de adaptación progresiva que se produjo en el Río de la Plata, en poco más de tres décadas.
(Extraído de "Historia del Tango. Sus orígenes", Editorial Corregidor, 1a. edición, noviembre de 1976, Tomo I, páginas 13 a 21).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario